El dietista Fran Susín da su opinión sobre las albóndigas de pollo de Mercadona y no es lo que esperarías

dietista albóndigas de pollo de Mercadona

El reconocido dietista Fran Susin acaba de arrojar luz sobre uno de los productos más populares que se encuentran en las refrigeradas estanterías de Mercadona: las albóndigas de pollo, que se venden a 6.20 euros la bandeja, conteniendo unas 24 piezas. Este producto, aclamado por muchos por su conveniencia y sabor, ha resultado ser no tan impresionante bajo el minucioso análisis de Susin.

La composición del producto

En detalle, Fran Susin publico un video en Instagram donde desgrana la composición de estas albóndigas, que aunque prometen ser predominantemente de pollo, solo constan de un 85% de esta carne, porcentaje que incluso asciende al 90% en otros puntos de España. Esta disparidad ya arroja las primeras interrogantes sobre la consistencia del producto. La descripción se complica aún más cuando se desvela el misterioso 15% restante: una mezcla de arroz, fibras, aditivos variados entre los que se cuentan sulfitos, aromas artificiales, dextrosas y colorantes. La desilusión de Susin es patente al descubrir esta amalgama de ingredientes que disminuyen la calidad percibida del producto.

Ante este escenario, la recomendación de Susin no se hizo esperar. Resaltando la importancia de optar por opciones más saludables y naturales, el dietista insta a sus seguidores en los comentarios de la propia publicación a tomar las riendas de su alimentación mediante la preparación casera de estas albóndigas. Acentúa que comprar carne fresca en una carnicería y dedicar un tiempo a la elaboración en casa no solo asegura una mejor calidad y sabor del producto final sino que también promueve una nutrición sin aditivos ni sustancias innecesarias.

Para quienes opten por seguir el consejo de Susin y aventurarse en la cocina, con la carne de pollo como principal protagonista, es importante recordar incluir especias naturales y quizás algunos vegetales picados muy finos para enriquecer el sabor. El acto de cocinar se convierte así en una oportunidad de explorar ingredientes saludables y personalizar las albóndigas a gusto.

Sumado a esto, obtener carne de calidad es crucial. Buscar proveedores locales o carnicerías de confianza garantiza que el pollo no esté cargado con aditivos que puedan ser perjudiciales para la salud. Además, la elección consciente de ingredientes frescos y naturales reafirma un compromiso con un estilo de vida más saludable y sostenible.

La revelación de Fran Susin sobre las albóndigas de pollo de Mercadona ha resonado como un llamado a la conciencia entre sus seguidores. Detrás de las ofertas convenientes y apetitosas, existe una verdad nutricional que merece ser considerada. Optar por crear nuestras versiones caseras no solo es un acto de amor hacia nuestro bienestar sino también una práctica culinaria que enriquece nuestra relación con la comida.

Vicent Xavier
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